La tristeza.

Soy mucho de frases, me apasionan. Creo que son la mejor expresión de los estados de ánimo, de los pensamientos y de los sentimientos de la persona. Hace poco leí una que decía "La tristeza es un don del cielo, el pesimismo una enfermedad del espíritu". Esta frase, como muchas otras, me hizo reflexionar y pensar mucho acerca de su sentido. Don es una palabra con un significado positivo, algo que se otorga, que nace innato con una persona. Y eso me llevo al punto esencial de la persona humana: la tristeza está presente en el ser humano desde el momento en el que se nace, y se manifiesta en ciertos puntos de nuestra vida. Con ello, si se nos plantea cómo somos, se podría contestar: potencialmente tristes. Pero al igual que la persona es potencialmente triste, puede ser también feliz. La tristeza existe en el ser humano porque, aunque suene de manera egoísta, a veces necesitamos darnos cuenta de que algo nos entristece para valorarlo aún más. Las lágrimas son las hijas de la tristeza y a veces, ellas necesitan dar un paseo, inundar nuestra alma para que veamos que también la sonrisa que es la hija de la felicidad puede aparecer en cualquier momento.